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Atrás 5. FORMACIÓN

5. FORMACIÓN

La transformación del marco profesional necesita respaldo de una estructura formativa que dé seguridad a los actuales y futuros profesionales. Se necesita una conexión entre la formación universitaria, la formación para el acceso y el desarrollo profesional posterior con formación permanente.
El Centro de Estudios Jurídicos (CEJ) ha sido durante años el espacio para la formación permanente de buena parte de los operadores de Justicia -letrados, fiscales y forenses-. Se va a potenciar y ampliar su papel para dar apoyo formativo a estos cuerpos y a otros en el proceso de transformación de la Administración de Justicia.

Formación universitaria. La universidad es el espacio de formación de los futuros operadores de la Administración de Justicia, por lo que es fundamental incorporar contenidos a la transformación que se está produciendo. Es necesario identificar los cambios y apoyar a las universidades en su proceso.
En primer lugar, es necesario incorporar la formación para nuevas profesiones. El impulso para introducir los MASC en la Administración de Justicia implica un aumento cuantitativo en la demanda y va a requerir de nuevos profesionales.
En segundo lugar, es preciso incorporar nuevas competencias para el desempeño laboral en el contexto de la digitalización del entorno judicial. Por un lado, para el manejo de las herramientas digitales y por otro, para los cambios procedimentales que éstas implican. Por ejemplo, el crecimiento de sentencias orales lleva a la necesidad de fortalecer del lenguaje oral.
Por último, se promoverá la apertura de nuevas líneas de investigación. La Justicia orientada al dato va a proveer de una fuente de información muy grande que potencialmente puede abrir líneas de investigación. La evolución de la sociedad se muestra en los datos que genera el Servicio Público de Justicia que se van a poner al servicio de la investigación.

Formación continua. Los cambios organizativos y la digitalización de la gestión procesal van a afectar a los operadores que van a requerir apoyo formativo. Es necesario que haya un fuerte apoyo formativo para generar certidumbre y seguridad a los profesionales en su desempeño.
La velocidad de la transformación y el contexto de reducción de la movilidad generado por la pandemia, implican la necesidad de un sistema de extensión de la formación al alcance de todos los operadores independientemente de su lugar de residencia.
Se van a desarrollar cuatro líneas de trabajo:

1. Potenciación de la formación online. El objetivo es llegar a más personas y facilitar su acceso. Implica un cambio de metodología y de modelo pedagógico.

2. Incorporación de nuevas competencias a la formación para el acceso.

3. Reorientación de los cursos de formación permanente. Ampliar las temáticas y perfeccionar la detección de necesidades para cubrir las exigencias del proceso de cambio en los contenidos, implantar un modelo de blended learning, combinando la formación on line con encuentros, presenciales, abrir el campo de la formación a otros operadores y a nuevos perfiles profesionales, incluir en la formación al personal de la Administración de Justicia a las comunidades autónomas con competencias transferidas en cogobernanza.

4. Un espacio de debate mediante mesas, conferencias y trabajos, que se abra al conjunto de la sociedad y enlace la formación de los operadores con la agenda social.

El proyecto requiere, por un lado, la cooperación del CEJ con otras instituciones públicas orienta-das a la formación como el INAP o el INTEF, para crear sinergias y eficiencia; por otro, la coope-ración con aquellas Administraciones autonómicas que necesiten de apoyo para la formación en sus territorios de los profesionales de la justicia.
 

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